¿Por qué me sucedió a mi?

Dios los bendiga a cada uno de ustedes que leen este blog.

Como hijos de Dios estamos expuestos a pasar por muchas pruebas y en ciertos momentos podremos llegar a pensar que no merecemos pasarlas, nos vamos a preguntar: ¿Por qué si estoy sirviendo a Dios, me tiene que pasar todo esto a mí?... Sinceramente yo me he preguntado eso muchas veces y creo que tu también.

En estos días pasados leía en Génesis acerca de la historia de José, José era un muchacho con temor de Dios y con convicciones muy firmes, sus hermanos tenían celos de él porque él era el favorito de su padre, por esa misma razón es que con solo 17 años fue vendido por ellos mismos y enviado a Egipto con el fin de venderlo como un esclavo a alguien de Egipto.

José fue separado de su familia y de su tierra y llegó a un país donde las creencias y todo lo que se le había enseñado desde pequeño no importaba.

Llegó a un ambiente que él no conocía. Fue vendido como sirviente de Potifar, un hombre poderoso de Egipto. Por seguro, José se preguntó bastantes veces: ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué fue lo que hice mal? ¿Por qué tengo que pasar por estas cosas?... Pero algo poderoso es que José llegó y siguió sirviendo con fidelidad a Jehová, siguió siendo honesto e íntegro y con sus convicciones firmes. Y Dios recompensó eso.

Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, capitán de la guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado allá. Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano. Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía. Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.

Génesis 39:1-5.

Todo, en la vida y en las posesiones de Potifar fue bendecido a causa de José, ¿Y por qué fue bendecido? Porque José tenía el favor y la gracia de Dios.

Potifar estaba contento, había depositado toda su confianza en José, parecía que la vida de José había mejorado grandemente. Puedo pensar que si recordaba y se sentía triste al pensar en su familia, pero Dios estaba con él y le daba consuelo a su alma.

José todo lo hacía bien. No había nada en lo que fallaba en la casa de Potifar. Pero un día la esposa de Potifar empezó a seducir a José incitándolo a fornicar, a cometer un pecado muy grave.

Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo. Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene. No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?

Génesis 39:7-9.

José al ser tentado, pensó dos cosas, que todos debemos pensar siempre a la hora que seamos tentados…

1.    Todas las bendiciones que tienes en tu vida.

2.    Pecar contra Dios.

José fue muy inteligente, porque él sabía que su vida estaba muy bendecida a causa de su fidelidad primeramente a Dios y después a Potifar. Obviamente al caer en el pecado con la esposa de Potifar, él iba a perder toda la confianza y los beneficios de la misma de parte de su jefe, y algo más importante; él iba a fallarle a Dios.

José al decir NO, estaba valorando las bendiciones que tenía en su vida y su fidelidad a Dios.

Esto fue una presión muy fuerte para José, porque cada día la esposa de Potifar lo provocaba a pecar, y un día el pecado estaba muy cerca de la vida de José, y José fue rápido para decidir, salió corriendo de ese lugar. José con esto demostró ser un hombre real, demostró lo que era más importante para su vida.

Pero, la esposa de Potifar acusó a José de haber abusado de ella, cosa que no fue cierto, pero Potifar obviamente creyó en la voz de su mujer y José fue enviado a la cárcel por algo que él no había cometido.

Otra vez la vida de José atravesaba por algo injusto, algo que no merecía pasar. Y por seguro hubo muchísimas noches donde José hablaba con Dios y se lo preguntaba. Pero José siguió siendo fiel y recto ante los ojos de Dios sin importar el lugar o la condición en la que se encontraba.

Y Dios vio eso y en esa misma cárcel, Dios lo ayudó…

Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel. Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía.  No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.

Génesis 39:21-23.

Una vez más José fue recompensado, a pesar de que no estaba en un lugar muy bonito su fidelidad a Dios siempre estaba adelante, y esto lo hacía ser un hombre de confianza en cualquier lugar.

Hay cosas que pasaran en tu vida, no las entenderás, ni tampoco serán justas, pero debes de seguir siendo fiel a Dios aunque no entiendas.

La condición o el lugar en donde estas, no es un motivo para que tu no seas fiel a Dios, las pruebas por las que pasas no son excusa para fallarle a Dios.

Y ahora si, voy a responder la pregunta del título de esta enseñanza…

¿Por qué me sucedió a mi?

Te sucedió porque Dios está probando tu actitud, está viendo cuanto más vas a aguantar y aun seguir siendo fiel. El servir, el atravesar por cosas difíciles, pagar por algo que no hiciste, forjará carácter en ti y le demostrará a Dios si eres fiel y recto. Si sigues siendo fiel, Dios te va a llevar a lugares más altos después de que pases por estas pruebas. Si te sucedió a ti, es solo una prueba que debes de pasar al igual que José.

Después de que José pasó la prueba con excelente calificación, Dios lo llevó hasta la cima de Egipto, pero todo fue por su fidelidad a Dios.

Si somos fieles y rectos ante los ojos de Dios, aun veremos su mano poderosa obrando a nuestro favor.

La fidelidad y la rectitud son dos cosas que Dios siempre recompensará.

Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

Santiago 1:12.

Soporta la tentación y resiste la prueba que después Dios te recompensará.

Abner Garcia.

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