Dios Es Mi Alegría
Bueno es alabarte, oh Jehová, Y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo; Anunciar por la mañana tu misericordia, Y tu fidelidad cada noche, En el decacordio y en el salterio, En tono suave con el arpa. Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; En las obras de tus manos me gozo.
Salmos 92:1-4
Demasiadas cosas pueden alegrarnos y sacarnos una sonrisa y ponernos contentos, podemos alegrarnos así de repente con noticias acerca de algo que nosotros estábamos esperando, nos dan una noticia positiva e inmediatamente nos sentimos alegres, un familiar que aprecias mucho llega a tu casa y te alegras, puedes ir por la calle y ves a algún amigo de hace mucho tiempo que no lo habías visto y te alegra verlo, nos alegremos por muchas cosas.
Hay algunos que se alegran por casi nada, no les tienen que decir muchas cosas para que se alegren, solo les dicen una simple frase y ya están riendo y están muy contentos, sus propios nombres parecen ser chistosos porque los llamas y se ríen.
Hay otras personas que para hacerlas reír se necesita ser casi un comediante profesional, porque no se ríen, para sacarles una sonrisa es tan difícil… yo conozco a muchos así, y nos sentimos incómodos al lado de ellos.
¿Cómo te consideras? ¿Una persona alegre o una persona enojona? Ojalá seas alegre.
Pero ahora voy al punto principal de este blog y quiero preguntarte…
¿Con que encuentras alegría?
Unos encuentran alegría en sus familias, otros encuentran alegría en mascotas, en su pareja, en sus pertenencias terrenales, pero David, es interesante esto, de tantas cosas que el tenia en su poder (acuérdate que era Rey y Dios le había dado tanta bendición) mas por lo que David se alegraba era por su Dios.
Hay muchos hijos de Dios que ya no se alegran con Él, que ya no se sienten contentos en la vida apostólica, y viven más contentos con las cosas de este mundo y se olvidan que esa alegría es temporal pero Dios ofrece una felicidad y alegría eterna, hay alegría en Dios y en sus caminos.
¿Por qué alegrarse en Dios?
Quizás te preguntas eso, el Rey David nos da la respuesta; por las obras que él ha hecho en nosotros.
Cada día el Señor hace obras en nosotros, cada mañana sus misericordias hacia nosotros son nuevas, si estas leyendo esto hoy, alégrate con Dios, porque te dio la oportunidad de tener un nuevo día.
He escuchado a muchas parejas decir: “gracias esto es una alegría para mí, tu traes alegría a mi vida, tu alegras mis días” … lo que trato de decir es que generalmente cuando a alguien se le dicen estas palabras es porque hay un aprecio, hay cariño, hay amor hacia esa persona y David le tenía aprecio, cariño y amor a Dios; tú me alegras Señor, estoy contento contigo Señor mío.
¿Amas a Dios? ¿Puedes decirle: Jesús tu eres mi alegría?
Hay personas con las que no quiero estar porque no me siento cómodo, en lugar de felicidad y alegría, a veces las actitudes de las personas no nos agradan y nos hacen enojar y nos alejamos de ellos, entre menos tiempo con ellos es mejor, porque tenemos dudas de como van a reaccionar en un momento de enojo y de cómo van a tomar las cosas que decimos.
Lo que siempre queremos estar con personas con las que sentimos alegría, yo quiero pasar tiempo con tales personas porque sé que voy a estar alegre, me voy a sentir bien hablando con ellos, compartiendo con ellos, el tiempo vuela cuando estoy con personas así, puede que me sienta mal física o emocionalmente, pero como estas personas me traen alegría, no puedo pensar en otra cosa, se me olvida la tristeza, el dolor, todo se va en ese momento, y con Dios debe ser así también.
Cuando vengamos a la iglesia hay que venir alegres y decir: “voy a hablar con el que me quita mis dolores, con el que me da paz, con el que me saca sonrisas, con el que cambia mi lamento en baile, voy con mi Jesús, con el que me alegra, con el que alegra mis días, me siento mal pero en unos minutos que empiece a pasar tiempo con Él sé que todos mis malestares se me olvidaran y solo podre pensar en la alegría que me da estar con mi Dios.”
Si Dios realmente te alegra, no va hacer un problema venir a la iglesia, tampoco lo será orar, muchos menos llegar temprano a la iglesia, porque con una persona que nos alegra entre más tiempo con el estemos mejor nos sentimos, y como Dios nos alegra vamos a querer pasar más tiempo con él. Ojala podamos ser como David, y decir: yo me alegré y me gocé con aquellos que tienen el mismo deseo que yo, con aquellos que me dijeron a la casa de Jehová iremos, para mi no es una carga, para mi estar con Dios es mi alegría.
Dios ha hecho tantas obras en nuestras vidas, David se alegraba con Dios por las obras que él había hecho con él, y Dios ha obrado en nosotros, entonces ese sentimiento de alegría que David tenía hacia Jehová es el mismo sentimiento que nosotros debemos tener.
El Señor me dio salvación cuando yo merecía destrucción, el Señor me dio perdón cuando yo merecía muerte, el Señor me ha sanado, me ha hecho nuevo, ya no soy el que era antes, el Señor sanó a un familiar tuyo… esas son las obras de Dios por las que te tienes que alegrar.
Muchos hermanos vienen a la iglesia con una actitud de que Dios les debe algo, como si estuvieran haciéndole un favor a Dios, esa no es la actitud.
Debemos ir a la iglesia porque Dios ha hecho grandes obras en nosotros, alegrémonos en su presencia porque Él ha hecho tantas cosas en nuestras vidas, Él ha obrado tantas veces en nosotros y por eso nos tenemos que alegrar.
Abner Garcia.
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