Un Gran Testimonio

Dios los bendiga.

Los que me conocen y también si has leído el blog desde el principio, sabrás que uno de mis temas favoritos de la Biblia es la Fe, siempre quiero leer sobre los milagros de Jesús y escuchar testimonios reales de las grandes cosas que nuestro Señor Jesús puede hacer, porque esos testimonios aumentan la fe, y eso sucedió cuando terminé de leer el testimonio que se comparte hoy.

Estoy muy contento de dar este espacio en el blog a hermana Zulymar, ella tiene un testimonio muy bonito y sé que sí estas pasando por tiempos de incertidumbre su testimonio te ayudará mucho.

Muchísimas gracias hermana Zulymar por aceptar la invitación y querer compartir con todos nosotros lo que Dios ha hecho en su vida. 

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Un Gran Testimonio

 ¡Saludos a todos! Me llamo Zulymar Vazquez y asisto a la Iglesia Apostólica de Tulsa—Pastor Mario Herrera. Le quiero dar gracias al hermano Abner García por dejarme participar en su blog!

Cuando el Hno. Abner me preguntó si podía escribir algo para el blog, me puse un poquito nerviosa porque no estaba segura de lo que quería escribir, pero me encantó la idea. Después de pensar en sobre que escribir, decidí compartir mi testimonio.  No muchos saben sobre mi testimonio, pero decidí compartirlo en este blog porque sé que hay gente que todavía batallan en tener fe cuando tienen enfermedades donde no hay cura médica.

En diciembre del 2018, yo fui diagnosticada con dos tipos de condiciones; una en mis ojos y otro en mi cerebro/sistema neurológico. Durante el 2018-2019, mi casa era los hospitales y clínicas y se me hizo difícil asistir a mi escuela (ya estaba terminando la secundaria). El día que mi optómetra me diagnostico con “papiledema” (la condición en mis ojos), el me dijo que mis ojos ni mi vista iban a quedar bien porque mi nervio óptico estaba bien hinchado. Después de la cita con ese doctor, me mandaron de emergencia a un hospital para que me hicieran estudios de mi cerebro y sistema neurológico, y los doctores no encontraban la  causa de mis dolores de cabeza y la condición en mis ojos.

Cada día mis dolores de cabeza se empeoraban, pero me mantenía calmada porque sabía que Dios tenía todo bajo control. En la siguiente semana, otro doctor me diagnostico otra condición que estaba afectando mi cerebro y sistema neurológico. Él me dijo que yo tenía “Síndrome de Seudotumor Cerebral” y que no había cura, solo tratamientos para minimizar los dolores. En ese momento sentí que quería llorar, pero me puse a orar en mi mente y le dije a Dios “Dios, yo confió en ti y sé que me vas a cuidar en este proceso”.  Después de ese día, fui hospitalizada 2 veces por una semana cada vez, pero nunca me sentí preocupada. Los meses pasaron y todavía veía manchas negras por mis ojos y mis dolores de cabeza se empeoraban.

Todo cambio en un servicio que tuvimos entre semana. Durante el servicio, mi Pastor dijo que sentía orar por los enfermos. Nos pusimos todos en una línea y empezamos a orar. Cuando estábamos orando, yo sentí algo diferente y sabía que Dios iba hacer algo en esa noche. Después del servicio me regresé a mi casa, ¡pero no me di de cuenta de que ya NO sentía los síntomas como hasta el otro día! ¡Oh cuanto me goce ese día!

En el  próximo mes yo  tuve dos citas con mi optómetra y neurólogo, y decidí ir para decirles a mis doctores que ya no veía las manchas negras ni tenía dolor de cabeza. ¡Yo sabía que Dios me sano esa noche! Fui a mi cita y el doctor me chequeo los ojos y me hizo exámenes para verificar que todo estuviera bien con mis ojos. Al final el me pregunto, “¿Y puedes ver bien?” Le respondí que yo podía ver bien clarito. El luego me dijo “Eres la primera paciente que he tenido en todos estos años que la vista se le ha mantenido bien a pesar de la condición” Esas fueron las últimas palabras de mi optómetra.

Luego fui a la cita que tenía con mi neurólogo, y le dije lo mismo; que ya no tenía dolores de cabeza. El me hizo estudios para verificar mi cerebro y sistema neurológico y al final me dijo que ¡ya TODO estaba normal! Los médicos no se explicaban como mis ojos y sistema neurológico quedaron bien después de casi un año con las dos condiciones, pero yo si sabía la razón. ¡Oh cuan feliz aún estoy hoy! ¡Le doy gracias a Dios por cuidarme y sanarme! Mi Dios todavía hace milagros, y si usted no lo ha recibido todavía, sigue orando. Todo es posible si puedes creer.  

Zuly Vazquez.

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