Un Gran Testimonio
Dios los bendiga.
Los que me conocen y
también si has leído el blog desde el principio, sabrás que uno de mis temas favoritos
de la Biblia es la Fe, siempre quiero leer sobre los milagros de Jesús y
escuchar testimonios reales de las grandes cosas que nuestro Señor Jesús puede
hacer, porque esos testimonios aumentan la fe, y eso sucedió cuando terminé de
leer el testimonio que se comparte hoy.
Estoy muy contento de
dar este espacio en el blog a hermana Zulymar, ella tiene un testimonio muy
bonito y sé que sí estas pasando por tiempos de incertidumbre su testimonio te
ayudará mucho.
Muchísimas gracias hermana Zulymar por aceptar la invitación y querer compartir con todos nosotros lo que Dios ha hecho en su vida.
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Un Gran Testimonio
Cuando el Hno. Abner me preguntó si podía escribir algo para el blog, me puse un poquito nerviosa porque no estaba segura de lo que quería escribir, pero me encantó la idea. Después de pensar en sobre que escribir, decidí compartir mi testimonio. No muchos saben sobre mi testimonio, pero decidí compartirlo en este blog porque sé que hay gente que todavía batallan en tener fe cuando tienen enfermedades donde no hay cura médica.
En diciembre del
2018, yo fui diagnosticada con dos tipos de condiciones; una en mis ojos y otro
en mi cerebro/sistema neurológico. Durante el 2018-2019, mi casa era los
hospitales y clínicas y se me hizo difícil asistir a mi escuela (ya estaba
terminando la secundaria). El día que mi optómetra me diagnostico con
“papiledema” (la condición en mis ojos), el me dijo que mis ojos ni mi vista
iban a quedar bien porque mi nervio óptico estaba bien hinchado. Después de la
cita con ese doctor, me mandaron de emergencia a un hospital para que me
hicieran estudios de mi cerebro y sistema neurológico, y los doctores no
encontraban la causa de mis dolores de
cabeza y la condición en mis ojos.
Cada día mis dolores
de cabeza se empeoraban, pero me mantenía calmada porque sabía que Dios tenía
todo bajo control. En la siguiente semana, otro doctor me diagnostico otra
condición que estaba afectando mi cerebro y sistema neurológico. Él me dijo que
yo tenía “Síndrome de Seudotumor Cerebral” y que no había cura, solo
tratamientos para minimizar los dolores. En ese momento sentí que quería llorar,
pero me puse a orar en mi mente y le dije a Dios “Dios, yo confió en ti y sé que me vas a cuidar en este proceso”. Después de ese día, fui hospitalizada 2 veces
por una semana cada vez, pero nunca me sentí preocupada. Los meses pasaron y
todavía veía manchas negras por mis ojos y mis dolores de cabeza se empeoraban.
Todo cambio en un
servicio que tuvimos entre semana. Durante el servicio, mi Pastor dijo que
sentía orar por los enfermos. Nos pusimos todos en una línea y empezamos a
orar. Cuando estábamos orando, yo sentí algo diferente y sabía que Dios iba
hacer algo en esa noche. Después del servicio me regresé a mi casa, ¡pero no me
di de cuenta de que ya NO sentía los síntomas como hasta el otro día! ¡Oh cuanto
me goce ese día!
En el próximo mes yo tuve dos citas con mi optómetra y neurólogo, y
decidí ir para decirles a mis doctores que ya no veía las manchas negras ni
tenía dolor de cabeza. ¡Yo sabía que Dios me sano esa noche! Fui a mi cita y el
doctor me chequeo los ojos y me hizo exámenes para verificar que todo estuviera
bien con mis ojos. Al final el me pregunto, “¿Y puedes ver bien?” Le respondí
que yo podía ver bien clarito. El luego me dijo “Eres la primera paciente que
he tenido en todos estos años que la vista se le ha mantenido bien a pesar de
la condición” Esas fueron las últimas palabras de mi optómetra.
Luego fui a la cita
que tenía con mi neurólogo, y le dije lo mismo; que ya no tenía dolores de
cabeza. El me hizo estudios para verificar mi cerebro y sistema neurológico y
al final me dijo que ¡ya TODO estaba normal! Los médicos no se explicaban como mis
ojos y sistema neurológico quedaron bien después de casi un año con las dos
condiciones, pero yo si sabía la razón. ¡Oh cuan feliz aún estoy hoy! ¡Le doy
gracias a Dios por cuidarme y sanarme! Mi Dios todavía hace milagros, y si
usted no lo ha recibido todavía, sigue orando. Todo es posible si puedes creer.
Zuly Vazquez.
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