Frutos Dignos de Arrepentimiento

Estoy muy alegre y agradecido  primeramente con Dios por todas sus bendiciones y sus misericordias, porque ¿Qué sería de nuestras vidas sin él? Absolutamente nada.

Así que cada día es bueno decirle a Dios: Gracias a ti mi vida tiene sentido.

En segundo lugar, en el post del aniversario les dije a todos que estaba buscando nuevos escritores y también dije escritoras. 

Hoy eso es lo que tenemos en el blog, ¡LA PRIMERA ESCRITORA DEL BLOG!, estoy muy contento de presentarles a Hermana Ingrid, (ella es esposa de Hermano Paco, uno de mis mejores amigos, y de una vez aviso que el estará compartiendo con nosotros nuevamente en unas semanas).

Esta vez la enseñanza será dedicada completamente a las señoritas.

Gracias hermana Ingrid por aceptar la invitación.

Sin más que decir, a continuación su mensaje para todas ustedes.

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Frutos Dignos de Arrepentimiento


Antes que nada quiero darle las gracias a Hermano Abner por permitirme ser parte de este blog, mi esposo y yo lo apreciamos mucho y damos gracias a Dios por su vida y su amistad.

Quiero dedicar este mensaje a las hermanas jóvenes de la Iglesia.

Decidí titularlo de esa manera porque desde principios de este año 2020 es algo con lo que he estado lidiando personalmente y creo que es algo que todos deberíamos considerar en nuestra vida como cristianos.

Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira que vendrá? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir en vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego. 

Lucas 3:7-9

La palabra arrepentimiento literalmente quiere decir un cambio de mente. 

Al mostrar un arrepentimiento sincero a Dios todos estamos dispuestos a dejar que Él entre, limpie y cambie nuestra mente. 

Muchas de las cosas que hacemos o hacíamos, eran cosas que nuestra mente ordena a nuestro cuerpo a hacer, antes de hacer una cosa siempre tenemos un pensamiento de cómo hacerlo o con qué fin hacerlo.

Lo que yo quiero hacerte pensar en este momento es: ¿Tú realmente te consideras totalmente arrepentida a Dios y dejando que Él tome cada decisión en tu vida?

Hay veces en nuestra vida que nos alejamos de Dios o dejamos que Él se aleje de nosotros por nuestros pensamientos, sentimientos o acciones que no consideramos como un "pecado grande" y a mí me ha pasado.

Estando atestados de toda iniquidad, fornicación, malicia, avaricia, maldad; llenos de envidias, homicidios, contiendas, engaños, malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres; necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes conociendo el juicio de Dios, que los que hacen tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que aun consienten a los que las hacen.

Romanos 1:29-32.

En este pasaje habla de tantos pecados, que a veces ya estando en la Iglesia y creyendo que somos salvos por estar dentro o ser parte de la congregación, cometemos sin darnos cuenta y nuestro corazón está lejos de la presencia de Dios, por tener sentimientos contra mi hermana, por sentir que mi vestido es más bonito que el de la otra hermana, o porque antes de llegar al culto no limpie mi habitación como mi mamá me lo ordeno, o porque llegamos a la Iglesia creyendo que como mi familia y yo estamos ahí, no importa lo que pase con el resto de gente que vi en la calle mientras iba en camino.

Oh hermana, no tenemos la certeza de ser totalmente salvas si no estamos totalmente arrepentidas cada día de nuestra vida.

Y créeme que cuando te digo que he estado lidiando con esto en mi vida, es real, debemos dejar prejuicios, estándares que nos hacen creer que somos mejor que los demás, dejamos que se formen montañas de altivez y orgullo en nuestro corazón que estorban el mover de Dios para una necesidad o un milagro dentro de la Iglesia.

Nuestra vida tiene que estar en un constante arrepentimiento hacia Dios hablando con el de cualquier situación, como con tu mejor amigo, Él no te va a juzgar, Él te va a escuchar y en algunas ocasiones podrás sentir su presencia tan física que sabrás que realmente está comprendiendo cómo te sientes y dejando que Él sea quien llene y limpie tu corazón con su amor y misericordia.

Espero que haya sido de ayuda a tu vida, ¡nos vemos en el próximo culto de jóvenes!

Ingrid Báez.

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