Jesús - El Espíritu Santo
Antes de entrar a la ultima lección sobre la unicidad, quiero agradecer a hermano Nathaniel, por haber dado su tiempo para hablarnos sobre nuestra doctrina apostólica, lector,si has leído las ultimas dos lecciones creo que has aprendido algo muy importante, gracias por tu tiempo y por compartir esta visión.
Sin mas que decir, empecemos con la lección de hoy.
Jesús - El Espíritu Santo
Esta es la tercera,
y última de la serie sobre la identidad de Jesucristo. Mencione la primera
semana que todo lo que creemos, y predicamos descansa sobre quién es Jesús. De
igual manera, nuestra salvación descansa sobre ese entendimiento. La Biblia nos
habla en Hechos 2:38;
“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de
vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el
don del Espíritu Santo.”
Hechos 2:38 RVR1960
Este verso es
nuestro favorito para explicar el plan de salvación. Y es bueno, porque en este
verso se describe más claramente. Pero la importancia de ser lleno del Espíritu
Santo se halla otra vez en la identidad de Jesucristo.
Como un breve
repaso, Jesucristo (Dios manifestado en carne), pago el precio para nuestra
salvación con su sangre. El por medio de su sacrificio abrió la puerta de
salvación a todo el mundo. Pero aun con todo eso, tiene que haber algo que hace
la diferencia entre los verdaderos hijos de Dios y los falsos. Jesús hablo de
estas personas en;
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace
la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera
demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé:
Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”
S. Mateo 7:21-23 RVR1960
Entonces tenemos
esa necesidad de ser diferenciados. ¿Cómo sucede esa diferencia?
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el
cual fuisteis sellados para el día de la redención.”
Efesios 4:30 RVR1960
La única manera
que podemos ser diferenciados de los hijos falsos es por medio del sello del
Espíritu Santo. ¿Hermano Nathaniel, que tiene que ver eso con Jesús? El poder
del Espíritu Santo viene a través del reconocimiento que Jesús mismo está
morando dentro de nosotros. El entendimiento que Jesús es el Espíritu Santo da
eficacia a nuestra relación con Dios.
¿Cómo sé que Jesús
es el Espíritu Santo?
“Porque el Señor es el Espíritu; y donde está
el Espíritu del Señor, allí hay libertad.” 2 Corintios 3:17 RVR1960
- Señor - viene de
la palabra Griega que significa Dios, o Mesías.
¿Quién es el
Señor? Jesucristo es Señor. (Fil. 2:9-11) Entonces eso nos ayuda
entender que el Espíritu Santo es Jesús manifestado en nuestros corazones. No
vayas a pensar que esto fue algo ligero departe de Dios. El preparo a su pueblo
mucho tiempo antes que la manifestación del Espíritu Santo sucediera.
“Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo,
y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay
otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado. Y después de esto
derramaré mi Espíritu
sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y
vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes
verán visiones. Y también sobre los siervos
y sobre las
siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.”
Joel 2:27-29 RVR1960
Dios les dio a
entender a los Judíos que un día futurístico, no solo iba a morar entre su
pueblo, pero que iba derramar su Espíritu dentro de sus corazones. Después
siguió diciendo;
“Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será
salvo; porque en el monte de Sion
y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el
remanente al cual él habrá llamado.”
Joel 2:32 RVR1960
El Señor dijo que
a través del Espíritu Santo, todos los que invocaran el nombre serian salvos.
Entonces vemos que el Señor estaba preparando su pueblo para recibir la llenura
del Espíritu Santo.
Ahora, en el Nuevo
Testamento, Juan el Bautista profetizo concerniente a Jesús.
“Yo a la
verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo
calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso
que yo; él os bautizará
en Espíritu Santo y fuego.”
S. Mateo 3:11 RVR1960
Juan dijo esto en
referencia a Jesucristo. Juan explico que Jesús iba a bautizar a sus seguidores
con “Espíritu Santo y fuego.” Jesús mismo preparo a sus discípulos para recibir
“la promesa del Padre.” No solo a sus discípulos, pero también a cualquier sediento.
“La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío,
me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos
no se tratan entre sí. Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios,
y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría
agua viva.”
S. Juan 4:9-10 RVR1960
Ese día, la mujer
Samaritana no se quedó con dudas de quién era Jesús. Incluso Jesús le dijo
directamente a ella que él era el Mesías. (V.
26) Pero en lo profundo de la conversación estaba la revelación que Jesús podía dar Agua
Viva. Más adelante, en Juan 7, vemos donde Jesús hizo esa misma revelación a
todo Jerusalén en el último y gran día de la Fiesta de Los Tabernáculos.
“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso
en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene
sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura,
(Isa. 12:1-6) de su interior correrán ríos de agua viva. Esto
dijo del Espíritu
que habían de recibir los que creyesen
en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque
Jesús no había sido aún glorificado.”
S. Juan 7:37-39 RVR1960
Jesús otra vez
hablo de esa Agua Viva, y lo dijo refiriéndose a sí mismo. Otra vez hablo
concerniente al Espíritu Santo en Juan 14.
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para
que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al
cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros
le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.”
S. Juan 14:16-17 RVR1960
Nota: Jesús dijo,
“Mora con vosotros.” ¿Quién era que estaba morando
con ellos? Jesús mismo.
Pero el luego dijo, “y estará EN vosotros.”
Jesús solo pudo
decir eso porque él es el Espíritu Santo. Si eso no fuese confirmación suficiente,
él dijo lo siguiente;
“No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía
un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo,
vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo
estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.”
S. Juan 14:18-20 RVR1960
Jesús lo dejo
completamente claro que EL (nadie más) iba ser el que volviera. Otra vez vuelvo
y repito que solo pudo decir eso porque El
mismo iba a manifestarse en forma de Espíritu Santo. Terminó su discurso
con decir esto;
“Mas el Consolador, el Espíritu Santo,
a quien el Padre enviará
en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará
todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como
el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Habéis oído
que yo os he dicho: Voy, y
vengo a vosotros...
S. Juan 14:26-28 RVR1960
Jesús dijo
claramente que el mismo iba a regresar en forma de Espíritu.
En su último
dialogo con sus discípulos antes de ascender al Cielo, Jesús les dio unas
instrucciones bien importantes.
“Y estando juntos, les mandó que no se fueran de
Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les
dijo, oísteis de mí. (Juan 14:16-17) Porque Juan ciertamente bautizó con
agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no
muchos días.
Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos
o las sazones, que el Padre puso en su sola
potestad; pero recibiréis poder, cuando
haya venido sobre
vosotros el Espíritu
Santo, y me seréis
testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
Hechos 1:4-5, 7-8 RVR1960
Jesús les hablo
del cumplimiento cercano de lo que el mismo había estado prometiendo.
Y en Hechos
capituló 2, vemos el glorioso cumplimiento de la promesa de Jesús (quien es el
Padre).
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos
unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento
recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les
aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre
cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.”
Hechos 2:1-4 RVR1960
Que poderoso este
derramamiento. Pero aun había algunos quienes estaban confundidos de que estaba
sucediendo. Y Pedro, bajo la unción del Espíritu Santo, se puso en pie a predicar.
“Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó
la voz y les habló diciendo: Varones judíos,
y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.
Porque estos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es
la hora tercera del día. Mas esto es lo dicho
por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice Dios,
Derramaré de
mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras
hijas profetizarán; Vuestros
jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos
soñarán sueños; Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días Derramaré
de mi Espíritu, y profetizarán.
Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será
salvo.”
Hechos 2:14-18, 21 RVR1960
Esto fue el
cumplimiento de la promesa del Padre. Esto fue el cumplimiento de las profecías
del Antiguo Testamento. Dios manifestándose en forma del Espíritu Santo.
¡Y donde hacemos
la conexión es en que Jesús (el Señor) es el Espíritu!
Por eso la Biblia
dice;
“Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el
Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el
Espíritu de Cristo, no es de él.”
Romanos 8:9 RVR1960
El Espíritu Santo
es el Espíritu de Cristo. En Conclusión:
“¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que
Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que
confiesa al Hijo, tiene también al
Padre. Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo
que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros
permaneceréis en el Hijo y en el Padre. Y esta es la promesa que él
nos hizo, la vida eterna.
Pero la unción que vosotros recibisteis de él
permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os
enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y
no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.”
1 Juan 2:22-25, 27 RVR1960
No dejes que el
mundo y sus filosofías te engañen. Jesús es el Padre, el Hijo, y el Espíritu
Santo. Si niegas al Hijo, tampoco tienes al Padre. De igual manera, el que
confiesa al Hijo tiene también al Padre. ¡Y la unción que EL nos dio es el
Espíritu Santo! Dios es uno, y su nombre es Jesús.
Les amo en el
Señor.
Nathaniel
Schreckhise.
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